¿Cuándo debemos entrar en bolsa?

entrar en bolsaLa renta variable es una de las opciones más satisfactorias que tienen los ahorradores para obtener el mayor beneficio a su patrimonio. Pero no lo deben de hacer de forma impulsiva, a veces sin tendido, sino solamente cuando se den las situaciones en las que los mercados bursátiles inviten a tomar posiciones. Escenario, que por otra parte, no siempre se cumple.

 

El inversor minoristas deberá tener muy claro en que escenarios pueden plantearse entrar en los mercados con mayor seguridad para generar plusvalías a sus ahorros. Pueden darse varios, de diversa naturaleza, y que serán los que ayuden a tomar esta importante decisión. Y en cualquier caso, analizando su evolución durante los últimos años.

 

En primer lugar, y como es lógico, cuando las bolsas se muevan por canales alcistas, que invitan a invertir buena parte de los ahorros en las compañías cotizantes. Esta es una figura que puede detectarse fácilmente en cualquier gráfico, y que pueden consultarse en las webs especializadas Siendo deseable cogerlo al inicio del proceso, como objetivo para que el potencial de revalorización sea más alto.

 

Otro importante parámetro para canalizar las expectativas de los inversores cuando los valores rompen con sus resistencias. Será una clara señal para hacer efectivas la orden de compra, especialmente si este movimiento va acompañado de una importante negociación de sus títulos. Pero que requerirán de la agilidad de los inversores para captar rápidamente esta figura que presentan los valores que cotizan en los mercados bursátiles.

 

Y en tercer lugar, y no de menor importancia, en aquellas situaciones, que ante un hecho destacado (buenas datos empresariales, mejoras en el crecimiento de la empresa o la recomendación de los principales brokers), o la aparición de algún movimiento corporativo pueden desatar la fiebre compradora por parte de los grandes inversores. Precisamente en este último escenario es donde se desarrollan los grandes movimientos alcistas, que puede llevar a revalorizaciones de sus acciones por encima del 10%, incluso más en algunas compañías de marcada naturaleza especulativa. No obstante, a veces son procesos de corta duración, que culminan sus subidas en unas pocas sesiones bursátiles.