Una de las principales aportaciones de los fondos de inversión es que pueden traspasarse a otros cuantas veces se quieran, sin limitaciones y sin el requerimiento de ninguna comisión ni gasto administrativo. Y lo que es más importante, se consigue demorar el pago de los impuestos, que por otra parte si sucedería si se vendiesen las participaciones. Precisamente el óptimo tratamiento fiscal de los fondos de inversión es uno de los principales motivos por lo que los ahorradores se inclinan por este producto en el momento de invertir sus ahorros.
Si por cualquier circunstancia, queremos cambiar de fondo, incluso llevarlo de la renta fija a la variable, o viceversa, se podrá formalizar sin ningún impedimento ni penalización, para que de esta forma no se abonen las tasas impositivas por parte de los partícipes. Y que se diferencia de otros productos para el ahorro y la inversión, en que éstos descuentan los impuestos al cerrar las posiciones. Aportando una ventaja a los inversores que tienen un planteamiento de permanencia destinado al medio y largo plazo. Motivo por el que hay que tener en cuenta en caso de que surgiera algún imprevisto y plantearnos la posibilidad de los un mini préstamos y no perder los beneficios fiscales de nuestros ahorros.
A modo de ejemplo, si una persona vende sus participaciones en un fondo de inversión (cualquiera de ellos), a los posibles beneficios se le descontará el 21% en concepto de impuestos. Mientras que si decanta por otro traspasarlo a otro fondo, no sufrirá esta operación de liquidación, y dispondrá de la misma cantidad hasta que se formalice su venta.
No hay limitaciones en los traspasos, puedes realizarse a fondos de la misma gestora, pero también a los de la competencia, y sin distinción de la naturaleza de los mismos, puede desviarse a cualquier fondo, sea de renta fija, variable, composición mixta, gestión alternativa, socialmente responsables… Como consecuencia de ello podrá ahorrarse dinero todos los años, y hasta que se haga efectiva su venta mantendrán el valor real de sus participaciones. Incluso como estrategia, para pagar menos dinero, se puede esperar a que los tipos impositivos bajen y, entonces sí, vender las participaciones, pero pagando algo menos por ellas, aprovechando una presión fiscal más baja en el país.