Cuando escuchamos hablar de fondos, algunas veces pensamos que todos son iguales y que únicamente hay un tipo de producto bajo ese nombre, sin embargo entre fondos y cotizados hay grandes diferencias, aunque también existen algunos puntos en común.
El principal punto de diferencia tiene que ver con el tipo de cotización que tienen, ya que mientras que los fondos comunes tienen un precio fijo y un porcentaje de beneficio establecido de antemano, mientras que los fondos cotizados pueden fluctuar puesto que en realidad cotizan en el mercado de valores como si fueran acciones de la bolsa y por lo tanto tanto su precio como su beneficio puede sufrir variaciones importantes.
El principal objetivo de un fondo cotizado es copiar un determinado índice de la bolsa de valores y se pueden adquirir siempre y cuando el mercado de la bolsa esté abierto y se estén negociando las acciones de empresas cotizantes. Estos fondos además se someten a las autoridades que controlan los diferentes índices del mercado de valores en el que se ha creado el depósito.
Los fondos cotizados tienen como principal ventaja que no tienen gastos derivados de la obtención de los beneficios por su venta, aunque por contra tienen que no se pueden traspasar entre fondos y por lo tanto no se puede evitar su venta, algo de lo que sí se pueden beneficiar los fondos de inversión más tradicionales.
Como principal punto en común con respecto a los demás fondos es la facilidad de acceso a los distintos productos y que se adquieren con el propósito de obtener beneficios.