Los inversores minoristas pueden aprovecharse actualmente de la agresiva oferta por parte de las entidades de crédito para captar la cartera de valores procedentes de otras entidades. Se desarrollan bajo unos formatos muy agresivos, de los que pueden beneficiarse todos los usuarios bursátiles. Pueden estar basados en dinero en efectivo, o a través de bonos para la bolsa en comisiones para abaratar las operaciones de los nuevos clientes.
Las cantidades a las que llegan las entidades bancarias pueden alcanzar los 800 euros, siempre en función del importe total de la inversión. No en vano, para hacer el traspaso, los clientes solamente necesitarán su número de cuenta de valores donde estén depositados, y, por supuesto, saber los valores que quieren traspasar. A partir de este momento ya estarán en disposición de recibir las gratificaciones asociadas a las promociones de los bancos, solamente por formalizar esta operación.
En un plazo máximo, que no excede de 1 a 3 días, los tendrá depositados en su cuenta de valores, y los títulos cotizarán en los mercados de renta variable, con toda normalidad, sin que los usuarios tengan que afrontar ninguna gestión sobre sus traspasos, ni desde luego comisiones u otros gastos administrativos. Puede ser desde cantidades más bien modestas, a otras más exigentes, que serán las más receptivas a llevarse los máximos beneficios por el cambio de gestión en la cuenta de valores.
Esta oferta, afecta tanto a los valores nacionales, como a los internacionales, independientemente de los índices o sectores a los que pertenezcan. No hay restricciones sobre estas variables bursátiles, ya que a través del nuevo cambio, toda la inversión quedará exactamente igual que antes.
La recompensa de los traspasos de la cartera de valores puede ser sobre un porcentaje sobre el valor efectivo de los títulos, con el límite indicado en cada caso por los bancos, o en su defecto por una cantidad fija que no podrás sobrepasar unos límites establecidos por las entidades, que unos casos serán 400 euros, pero otros alcanzar casi los 1.000 euros. En cualquier caso, lo aconsejable será aceptar las ofertas más expansivas, que serán las que generan mayores prestaciones a los clientes.