¿Porqué los inversores se decantan por el oro?

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No descubrimos nada al recordar que el oro no depende de la fortaleza financiera o raiting del propietario. Es un activo sin pasivo perfecto para invertir en situaciones en las que exista un alto nivel de endeudamiento y riesgo de burbujas. Hubo cierto consenso en la existencia de una burbuja inmobiliaria a nivel mundial, y en donde España se situó en cabeza al estar muy vinculada su economía con la del ladrillo.

Otro fenómeno que tensiona a los mercados es el incremento en el uso de los derivados a consecuencia de la protección relativa que dan la aparición de instrumentos financieros como los Credit Default Swaps. El propio Warrent Buffer dijo: “En nuestra visión, los derivados son armas financieras de destrucción masiva que acarrean riesgos que, aunque no explícitamente, son potencialmente letales”.

Este incremento del apalancamiento, tanto por la evolución del sector inmobiliario como por el uso de derivados, unido al hecho de estar en manos extranjeras el 65% de la deuda norteamericana (50% históricamente) invitan a buscar productos descorrelacionados como el metal amarillo.

El oro puede comportarse positivamente ante planteamientos económicos inflacionistas o deflacionistas y, en muchas ocasiones ajena a la cotización del dólar. Para inversores que esperen una depreciación del billete verde es una fuente potencial de rentabilidad. Otro dato interesante es que para los inversores en euros la apreciación del oro ha sido mínima y se ha movido en un rango lateral con altas dosis de volatilidad debido al “No” francés y holandés en los pasados referéndums.

No obstante, la cotización del metal amarillo en los últimos años no ha confirmado las expectativas, con una ralentización de su precio más que notable, que ha llevado a que los pequeños inversores que hayan apostado por este metal precioso hayan perdido buena parte de sus ahorros.

Aunque también se apunta un ligero repunte en los últimos meses en su cotización, como consecuencia de las muchas incertidumbres económicas y políticas que están afectando a las principales áreas internacionales (Ucrania, Grecia, riesgo deflacionista en Europa, bajada del petróleo, etc.).