Las comisiones que pueden cobrarte por tus fondos de inversión

comisiones de los fondos 

Las comisiones no son homogéneas, y varían en función de cada fondo. Además, no existe una única comisión, como por ejemplo, en las operaciones bursátiles, sino que por el contrario hay diferentes, que puede ser de gestión, depositarias, suscripción y reembolso. No siempre se cumplen, sino que solamente las dos primeras están presentes en prácticamente todos los modelos de inversión. Es un aspecto que indudablemente deberán asumir los ahorradores para tratar de ahorrar en la contratación de estos productos. Y con una máxima recomendada por gran parte de los analistas financieros: “ante dos fondos de similares características, lo aconsejable será inclinarse por los que menos comisiones presenten”.

 

Las comisiones de gestión se incluyen en todos los fondos, y la de depósito en algunos modelos, mientras que las restantes son opcionales y son las que pueden encarecer los gastos en la contratación de estos productos. Precisamente por ello, sería conveniente que el pequeño inversor tuviese claro cuáles son las comisiones que les pueden aplicar en una operación, y en qué consisten.

 

Comisión de gestión: la cobra la gestora por su administración, con porcentajes que varían en función de cada producto. Puede ser sobre el capital invertido o sobre los beneficios que genera la inversión.

Comisión de depósito: aunque son de menor cuantía, los puede aplicar la entidad depositaria sobre los activos adquiridos.

Comisión de suscripción: se aplican sobre el importe de la inversión al suscribirlos, pero son menos habituales que se presenten en estos productos.

Comisión de reembolso: se producen cuando se reembolsa el capital invertido (parcial o totalmente), y tampoco son frecuentes en su aplicación.