Una cartera de inversión económica es una especie de cesta en la que se incluyen fondos y cotizados que se utiliza con el propósito de hacer dinero invirtiendo, para lo cual es necesario tener un mínimo conocimiento sobre los mercados de entre los que se va a contratar productos financieros.
Para tener éxito en este tipo de negocios hace falta una buena dosis de intuición, unos conocimientos muy firmes sobre rentabilidad y movimientos de mercados, así como las tendencias a las que se someten los diferentes productos cuando suceden noticias o se toman decisiones internacionales.
Una buena cartera tiene que combinar productos diferentes, por lo que no es conveniente dedicarse únicamente a un solo tipo, combinando las acciones o las divisas extranjeras con fondos y cotizados para mejorar tanto la rentabilidad como la seguridad de las inversiones, combinando productos de alto riesgo pero muy buena rentabilidad con otros menos rentables pero más seguros, evitando de este modo que una cartera termine en números rojos.
Los expertos aseguran que una cartera perfecta debe contar con toda la riqueza disponible, y no limitarse a un par de mercados. Por eso hay que invertir en valores, divisas, productos garantizados y cualquier otro tipo de producto financiero que pueda aparecer, siempre manejándolo todo con cuidado y evitando que una de las partes pueda acabar con la rentabilidad del resto.