Otro año más llegan las tan esperadas vacaciones en donde muchos ciudadanos se desplazaran a otros destinos a descansar tras muchos meses de duro trabajo. Pero les plantearan una seria duda sobre estos días, y que consiste en qué hacer con su capital invertido en bolsa en estos días en que estarán fuera de sus hogares.
Ante un año excesivamente volátil lo más aconsejable para sus intereses que no compren acciones en estos días, y esperen a la vuelta de las vacaciones para tomar posiciones en los mercados de renta fija, en función de cómo se muestren la evolución de los índices bursátiles. Y de estar ya invertidos (y con beneficios en sus carteras) podrá ser la excusa perfecta para vender y disfrutar de las plusvalías en estas próximas vacaciones.
El mes de agosto ha sido tradicionalmente muy peligroso para los inversores, ya que al caer la negociación de los títulos, cualquier incidencia en los mercados puede hacer caer bruscamente la cotización de los mercados, incluso de forma abrupta. Es preferible, por tanto, evitar cualquier tipo de riesgo, y la mejor forma para canalizarlo es no estar en posiciones compradoras.
Pero si por cualquier circunstancia, no fuesen estos los deseos de los ahorradores, no tendrán más remedio que optar por los valores más conservadores. Pueden suscribir empresas eléctricas, alimentación y alguna “teleco”, pero de forma muy defensiva, con poca aportación económica, ya que habrá más oportunidades para realizar nuevas compras.
Además, este año está agravado por la posibilidad de la subida de los tipos de interés en Estados Unidos, o los ya eternos problemas de la financiación de la deuda en Grecia. Y que en ambas situaciones pueden implicar nuevos incentivos para que las bolsas de todo el mundo bajen y quizás más de lo esperado.
Uno de los efectos de no estar posicionados en bolsa en estos próximos días es más psicológico que real, y que permitirá a los usuarios pasar sus días de descanso con mayor tranquilidad y no estar pendientes de su móvil.